viernes, 17 de octubre de 2014

Filofobia: el miedo a enamorarse. REVISTA LUZ


Participación en Revista Luz. Nota de Alejandro Gorenstein
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"Así como existe el miedo a la muerte, a contraer una enfermedad, a volar en avión a rendir mal un examen o a defraudar a uno mismo o a terceros, también existe la filofobia, que es el miedo excesivo a enamorarse, ya que la persona que lo padece calma la ansiedad que le genera el enamoramiento, evitando o huyendo."

“El secreto es el respeto mutuo, la capacidad de negociar, de aceptar que el otro no es el ideal que nos formamos en nuestra vida, y aceptar lo bueno y lo malo del otro que nos atrae. Estar en pareja nos permite desarrollar no solo el sentimiento del amor, sino de compartir, de crecer, de madurar, de tolerar las esperas, nos permite una mayor tolerancia a la frustración, aprendemos a negociar. No olvidemos que ante todo, somos seres sociales”, concluye Gilbert.


jueves, 9 de enero de 2014


Extracto de futuro libro (para mujeres)


Un mundo hecho para dos

¿Alguna vez te has puesto a pensar en esto?
Parece que en nuestro contexto actual, estar solo sería un indicador que algo… no funcionó.
Por un lado, tenemos el valor que hoy en día se le otorga a lo individual, a la independencia, al autoabastecerse… pero por otro… aparece esta diferente apreciación, de una manera más oculta.

Los familiares se ponen ansiosos, esperando que presentes al  candidato. Brindan porque en la mesa haya un nuevo integrante en la próxima fiesta de fin de año.
Llegas a creer que a tu media naranja, la hicieron jugo por error…
Tus amigos comprometidos te dicen que tienes que cambiar de ambiente, que ahí no vas a conocer a nadie… y tú  no solo no sabes ya qué hacer… sino que…
Ya no sabes lo que quieres.

¿Alguna vez te has preguntado si realmente tienes  ganas de estar en pareja?

A veces escucho decir a mis pacientes, lo acomplejadas que se sienten cuando tienen que ir a un casamiento… ¡solas! Entonces para combatir tan tremendo evento  piden ayuda a algún amigo, y a veces  hasta alguna amiga, para que las acompañe y les haga “no notar”, su soledad. O en realidad… para que los demás no la noten, sobretodo.
Otras mujeres se sienten apuradas porque tienen cuarenta y pico y aún no tuvieron hijos. Algunas refieren que sus madres las presionan con nietos…

Parece que existiera un manual de tiempos y modos femeninos.
En realidad, antes, existían, en la época de nuestras abuelas, y no tanto…
He visto una vez en el consultorio, “el manual de la niña aplicada”, o un título similar, donde se transcriben con dibujos e instrucciones breves, el buen comportamiento de una niña…
¡Increíble! Pero real.

De alguna manera hoy en día siguen existiendo esos manuales. Tanto para hombres como para mujeres. El tema es que se encuentran en la realidad de una manera disfrazada. Se encuentran en las películas, en el trabajo, en la publicidad, nos llega a través nuestros familiares de nuestros amigos... lo vemos entre líneas. Hay mensajes que están a modo latente.

Si bien en la actualidad el número uno es muy valioso… por otro lado, la mayoría de las cosas tienen más beneficios si hay dos.
Por ejemplo, los happy hours, el 2 x 1 de los cines, en el teatro, en los supermercados si llevas dos productos iguales te hacen un descuento en determinados días… las habitaciones en los hoteles son más caras para uno que para dos… y ni hablar de las promociones del  día de San Valentín.

Bueno, todos estos mensajes, nos influencian y a veces nos hacen perder lo que realmente deseamos y detenernos a pensar: ¿cómo estoy? ¿qué quiero para mi vida? Y sobretodo…

¿lo deseo ahora?



martes, 7 de enero de 2014

Año Nuevo: una oportunidad para los cambios





Esta época de transición entre un año que se va y el nuevo que comienza, generalmente puede provocarnos la necesidad de hacer un balance.
Este balance nos lleva a reflexionar acerca de lo que sucedió en el año transcurrido:
Las cosas buenas, las malas. Y ahí determinamos si obtuvimos como cierre del mismo, ganancia o pérdida.
Vemos que cosas diferentes hicimos. Qué pudimos sumar a nuestra vida, qué se nos fue.
O podemos simplemente no ver nada de esto y pensar que fue un año malo. O pensar que todo siguió igual y que nada cambió…
Lo cierto es que el fin de un ciclo y el comienzo de otro, siempre nos pone reflexivos. Más sensibles.
Más allá de lo positivo o negativo que resulte el balance de tu año anterior, es importante que puedas descubrir que las cosas negativas que nos suceden nos ayudan a crecer, a incorporar recursos que quizás antes no teníamos. Y que atravesando dichas crisis, dichos cambios, es la manera que tenemos de añadirlos.
Son obstáculos que se nos presentan como oportunidades para cambiar.
Para que te des una idea, nosotros siempre atravesamos por crisis vitales; algunas son esperables, otras imprevistas. Estas crisis vitales, las esperables, son etapas que tienen determinados objetivos, determinadas tareas que según nuestra edad debemos cumplir. Y es así como vamos creciendo, evolucionando… nos vamos transformando.
El comienzo de un año calendario, es una nueva oportunidad. Un período donde podemos plantearnos qué metas nos quedaron por cumplir del año anterior. Qué área de nuestra vida merece más atención, qué aspectos queremos modificar de nuestra personalidad…
Así podemos modificar lo que no funcionó, empezar de cero, recargar energías, físicas y psíquicas. Re – generarnos. Transformarnos siempre.
Eso es lo que nos hace darnos cuenta que estamos vivos.

Siempre tenemos una nueva oportunidad…