viernes, 5 de junio de 2009

¿Por qué le damos importancia a los sueños?

Continuación del extracto del artículo publicado en Revista Psicoanálisis y el Hospital nº 28 “Los Sueños”, noviembre 2005.




En los sueños los conflictos inconcientes emplean el lenguaje simbólico con bastante facilidad, y además pueden considerarse como producciones creadoras que revelan cuestiones profundas del psiquismo.
El sueño saca a la luz lo reprimido. Realiza una figuración plástica de lo inconciente.


¿Por qué las personas dan gran importancia a sus sueños o sienten la necesidad de transmitirlos ?

Una posible respuesta es que los sueños están figurados en tiempo presente, y principalmente tienen el carácter de una vivencia. Los afectos que se despliegan en los sueños son reales, dice Freud.

Debido a que el afecto sentido por el sujeto es real, le da importancia a la vida onírica como a cualquier otro testimonio del alma. A veces los afectos que aparecen en los sueños tienen gran intensidad , y puede ocurrir que luego del despertar, las personas puedan sentirse angustiadas, si lo que estaban soñando despertaba este afecto en ellas. Esta sensación puede durar desde minutos después del despertar o prolongarse a lo largo del día. También pueden continuarse sensaciones físicas, como palpitaciones o llanto, entre otras, instantes después de suspendido el dormir.

Otra motivación para transmitir los sueños, seria el carácter absurdo de los mismos, provocado por la desfiguración onírica. Este cualidad generaría por un lado, una sensación de incógnita en el sujeto, de incomprensión, acompañada de un deseo de saber, muchas veces. Y por otro, el análisis del material onírico provocaría por su parte, un efecto de sorpresa, cuando acerca al sujeto a su verdad. Sorpresa al descubrir que es portador de un saber no sabido, algo que va más allá de su conciencia

Los sueños además presentan un carácter elaborativo . Ciertas cuestiones que quedaron inconclusas en nuestra mente son retomadas en el sueño; dando cuenta así de una virtud curativa, de descarga, en el trabajo onírico.

A los terapéutas los sueños nos brindan una vía importante de acceso a lo reprimido. El trabajo con ellos aporta nuevo material para trabajar que tal vez de otra manera no hubiera surgido.

Los sueños brindan la posibilidad de enriquecer el tratamiento.
Entonces, aunque las personas no comprendan sus propios sueños, igualmente pueden apreciarlos. Les llaman la atención. Pueden sentir la necesidad de compartirlos. Pueden disfrutarlos como si fuera una película, una obra de arte, aún sin entenderla del todo, pero en el fondo sabiendo que representa algo de su propia vida.